___________________________________Él se va de casa

De: Priss

18-NOV-2004.
19-NOV-2004.
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Pocas palabras he cruzado con él.
Solo sé que se va.
¿Razones?: Problemas, discusiones, malos entendidos, situaciones que siempre hubo en esta casa.


“Pero creo que esta vez no era para tanto”.
Me digo a mi misma, mientras, estática, observo como él empaca algunas cosas mismas que sube a la camioneta.

Es verdad; recuerdo discusiones mucho más fuertes que esta, de la que poco yo sé.

Suspiro cansada, resignada tal vez; hace unos minutos estaba convencida de que esto era lo mejor.
“Después de todo, él se iría de todas formas”.

Pero ahora que lo veo actuar y no solo hablar, me duele…. duele mucho.
Quizá sea su silencio, quizá el mío, no sé…. no quiero saber nada, no quiero pensar en ello.


Más eso no es lo peor, no, los niños.
“Mis niños”… También se van, él se los lleva de mi lado; lo entiendo, son sus hijos, pero yo los adoro, son todo para mi.

Acepto cualquier castigo o tortura por ellos, por él.
Pero se van, igual, sin decir mucho.
“Son tan pequeños”.


Quisiera saber si entienden lo que aquí esta pasando; que su padre se los lleva y me aleja de ellos, que será rara la vez en que los vea, que ya no podrán pedirme a cada rato que juegue con ellos. No, ya no estarán aquí.
No se irán muy lejos, solo a unos minutos de distancia.
“Podré visitarlos cuando quiera”. Me digo, tratando de darme ánimos, más sé que no es suficiente y que visitarlos no es igual a vivir bajo el mismo techo.


Y sigo aquí, tan solo viendo como empacan su ropa y unos cuantos muebles pequeños, solo lo más necesario.
Y los niños, je, sus juguetes…
“Los van a necesitar para distraerse y no pensar tanto en este cambio”.


Creo que si entienden lo que aquí esta pasando, se les nota tristes, en especial el mayor.
Me gustaría detenerlos, quiero detenerlos, más nada puedo hacer; él ya tomó su decisión, una muy dura y que me hace sufrir, pero en la cual no puedo intervenir.

Muchas veces pensé y quise que se fuera; hubo veces en que ya me tenia harta.
“Es natural, después de todo nuestra relación, ahh…”
Bueno, la mayoría de estas relaciones son así, siempre, pelea tras pelea y luego la reconciliación…. así nada más.


Suspiro nuevamente, estoy cansada y el nudo en mi garganta se va haciendo cada vez más grande, pesado e insoportable.
Quiero llorar, más trato de no hacerlo, sé que eso los incomodaría a todos, a los niños, a él…. a mi.


Mi padre esta conmigo, hablando sobre la situación, más poco caso le hago yo, lo que menos quiero ahora es hablar….
¡Por dios!, solo quiero que alguien lo detenga, que no ven que él, que él…..
“Se va de casa…”


Las lagrimas por fin escapan de mis tristes ojos.
Como quisiera detenerlo, que no se vaya, pero sé que es inútil, mi opinión no interesa, hace mucho que dejó de ser de importancia en su vida.


“Papá, dile algo, detenlo, ¿no ves que se esta llevando a tus nietos?”.
Pero no, él lo apoya… Y yo lo entiendo.


Mi madre ni siquiera ha salido de la casa, esta enfadada, esta triste, sufre mucho y el solo pensar en ello me destroza aun más.
Y ni pudiendo seguir viendo como él se va, entro a la casa y corro a una de las habitaciones. Desde la ventana lo veo marcharse, con los niños y con ella, mientras yo lloro inconteniblemente.


Él se va de casa y nada puedo hacer.
Como me hubiese gustado detenerlo, pero no lo hice y no lo haré; esto de cualquier forma iba a suceder.

Me dejo caer sobre la cama, llorando ya sin poder controlarme. Cierro los ojos con fuerza, resistiéndome a esta experiencia tan difícil; sé que después lo superaré, me acostumbraré, pero por ahora….
“Él se va de casa y nada puedo hacer”.


Como niña y la menor que soy, me escondo de todo y de todos.
Hablando conmigo misma, le digo a la nada lo que debí decirle a él…..


“No te vayas, quédate, por favor… hermano”.





Fin.
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Bueno, solo experiencias propias…
Cosas que se superan, no es difícil acostumbrarse, lo peor…
… es lo que viene después.


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