________________________Eso que siempre quise decirle

De: Priss

CAP XII: "Un final sin comienzo”.
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~ Pues yo creo que deberías aceptar.

Genial, ¿ese era su gran consejo?.


Koani y Pai caminaban juntas después de clases.
Desde aquella conversación que tuvieron, habían vuelto a ser amigas y de eso hace ya seis meses.


~ Es que. . . no creo que resulte.

Motto suspiró.
Hacia un par de semanas que Ryu le había propuesto que viviesen juntos, más ella aun no le daba una respuesta, solo pretextos que cada vez se volvían menos convincentes.


~ Acéptalo, le tienes miedo.

~ ¿Pero qué dices?, somos novios desde hace varios meses.

~ Y, ¿puedes decirme cuantas veces han hecho el amor durante todo ese tiempo?.


A Koani se le subieron los colores mientras se le iba la voz.
¿Por qué Pai-chan la conocía tan bien?, es que simplemente había encontrado su punto más vulnerable. Y bien sabía que a ella no la engañaría tan fácil, así que solo respondió. . .


~ Cu-cuatro veces.

~ ¿Contando la primera vez?.


Motto solo asintió con la cabeza.
Le resultaba incomodo hablar de esto, después de todo era su vida privada, ¿no?.


~ ¿Por qué?, no lo entiendo?.

~ Bueno, yo. . .


No es que no le gustara tener relaciones con Ryu, al contrario, le encantaba unir su cuerpo al suyo y dormir entre sus brazos. Pero debía admitir que la simple idea de embarazarse la aterraba.
Para colmo, Ryu parecía simplemente insaciable y últimamente le insistía demasiado para que viviesen juntos. Y por si esto fuera poco, ella. . .


~ Por cierto, Sasaki no ha venido al instituto, ¿por qué?.


Koani dejó de andar y sus pensamientos se disolvieron al escuchar a su amiga.
No, no lo sabía y francamente estaba preocupada por el muchacho.


“Es como si me estuviese evitando”.

Pensaba la chica, extrañada, ya que por lo general era ella la que constantemente parecía esconderse de él, como si su sola presencia la incomodara.


“Y si me incomoda, pero lo extraño”.

Motto suspiró, se sentía como si su novio le estuviese dando una lección, o como comúnmente dicen. . . un poco de su propia medicina.


~ Ahh, ¿y yo que voy a hacer?.


La interrogante que creyó haber solo pensado, se le escapó en susurros.

Pai la miró divertida. Jamás hubiese creído que esa chica pudiese enamorarse tan perdidamente.
Y sin embargo ahí estaba ella, suspirando y sufriendo en silencio por un hombre.


~ Oye, Koani. . .
Pai le habló con frescura y tranquilidad.
~ ¿por qué no vas a verlo?. Tal vez ha tenido mucho trabajo y necesita algo de distracción.


Motto se sonrojó con la propuesta de su compañera, dedicándole una fulminante mirada de desacuerdo.


~ Vamos, mujer, no me mires así, es que creo que Ryu solo quiere tu compañía, ¿por qué no lo intentas?.


Koani suspiró cansada, con la mirada perdida en el sol de la tarde.
No tenía muy claro por qué, aunque quizá era por la ausencia de Sasaki, pero la idea de que su relación se volviese todavía más intima, ya no le parecía un problema.
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Se había pasado toda la tarde recostada sin hacer nada más que mirar el techo y pensar en él y en la posibilidad de vivir juntos.


~ Ya no soy una niña, ya casi tengo veinte años. . . no sé porque me preocupo tanto.


La voz de Koani no podía ser escuchada más que por ella misma. Hablaba sola, ¿qué más le quedaba?.

La chica suspiró cansada, cerrando los ojos.
Su mente era el albergue de imágenes que iban y venían, y era Ryu el protagonista de todas ellas.
Recordaba sus conversaciones que a menudo terminaban en peleas, sus bromas pesadas, sus palabras e incluso lo mucho que lo detestaba en el pasado, pero también. . .


~ Todo lo que he vivido con ese hombre.


Su relación tan extraña, un romance muy complicado pero muy necesario para ella.
Y claro, ¿cómo olvidar la primera noche en que hicieron el amor?.


~ Y las demás. . .


De pronto y sin darse cuenta, la chica estaba intensamente sonrojada, respirando agitada. . . quizá necesitaba estar con él.
Y lo pensó tan solo una vez más; la posibilidad de arriesgarse y tomar la decisión de vivir con Ryu. Y sonrió. . .


~ Quiero hacerlo.


Apenas dijo esto, abandonó la cama y apresurada, preparó una pequeña maleta, ya después con más calma vendría por sus demás cosas y de paso explicarle todo a sus padres, ahora. . .


~ Solo quiero verlo y estar con él.


Así, Motto salió de la casa, directo al apartamento de Ryu, a su nueva vida.
Estaba asustada, insegura, pero emocionada y ansiosa por ver al hombre por quien estaba cometiendo esta locura.
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Estuvo parada frente a la puerta del apartamento, pensando si en verdad quería hacer esto; cuando decidió que así era, no dudó en usar la llave que desde hace tiempo su compañero le había entregado. . .


“Por si cambias de opinión”.

Habían sido las palabras del muchacho.
Pues bien, ese momento había llegado.


Entró silenciosa y lentamente, los nervios no la abandonaban, más el sentimiento por ese joven era mucho más grande que cualquier otra cosa en el mundo.
Le extrañó no ver a Sasaki por ningún lado, más unos débiles sonidos que venían de la habitación del muchacho, llamaron su atención. Conforme se fue acercando pudo escuchar lo que en realidad eran gemidos y jadeos.
Koani se sonrojó ligeramente, recordando que en una ocasión sorprendió a su novio viendo una película para adultos...


“Y lo que terminamos haciendo aquella vez”.

Pensó la joven, llenándose de ansiedad y emoción.

Más apenas abrió ligeramente la puerta, sus ojos se dilataron y su boca permaneció ligeramente abierta en señal de incomprensión. . . su corazón se había hecho pedazos en un instante.
Por cosas del amor, las lagrimas no tardaron en escapar de sus ojos amielados; más ningún sonido, ningún sollozo fue emitido.

Ahí estaba Ryu, el hombre que le había ofrecido una vida juntos. . . desnudo, revolcándose con otra mujer, aquella de cabellos teñidos de rubio.
Un par de segundos más fueron suficientes para reconocer a la ramera que disfrutaba de su novio.


~ Ly-ann.


Susurró Motto.
Sus palabras, lejos de ser escuchadas por los amantes, que estaban muy concentrados en su maldito placer.

Koani bajó la mirada y, apresurada, salió del lugar, aunque sin hacer el menor ruido, no quería interrumpir.
Estaba dolida, se sentía traicionada, humillada y claro, como no, decepcionada. Lo peor es que no sabía que sentir por Ryu Sasaki. Sentía celos, si, desilusión, ese sinvergüenza se había burlado de ella.
Sentía asco y tristeza de solo pensar que había sido feliz entre los brazos de ese hombre.


~ ¡ Que tonta soy !.


Decía para si, secándose las lagrimas.

Sintió como algo suave rodeó sus piernas, como una amarga caricia de consuelo.
Su mirada cayó hasta el suelo, encontrándose con el felino que el muchacho le había regalado.


~ Ve aquí, chiquito.


Koani cargó al gato y sin más, salió del apartamento.
La vida que con ilusión iba a iniciar ese día y en ese lugar, se terminó de mala manera sin siquiera haber empezado.
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Ryu andaba por su apartamento como un sonámbulo o, mejor dicho, como alma vagando sin rumbo.
Había abandonado la cama minutos después de terminar su acto. No soportaba, se sentía incomodo, de mal humor.

La verdad es que se sentía como un maldito.


“No debí abrir la puerta”.

Pensó, recordando que esa mujer prácticamente se le había echado encima apenas lo vio.


~ Es cierto que antes nos divertíamos juntos, pero. . .


Eso había sido mucho antes de relacionarse con Koani y prendarse irremediablemente de ella. Además, nunca tomó muy en serio a Ly-ann, eso era solo para pasar el tiempo, no tenía ningún interés por ella.
Por eso la rechazó cuando llegó tan cariñosa, pero la mujer era tan persistente.


~ Y casi no tengo encuentros de cama con Koani.


Sasaki hablaba en voz alta, tratando de justificarse de alguna manera.
Esa chica, su novia, había puesto una barrera entre ellos; ella no quería entregarse totalmente a él y eso era algo que francamente no entendía y que lo tenía frustrado.


“Bueno, de cualquier forma, esto no hubiera pasado si Koani no me tuviera tan desatendido y olvidado.

Pensaba el muchacho, no queriendo aceptar que toda la culpa era suya y de nadie más.

Y sin embargo, con todo y eso, no había disfrutado en nada lo que hizo con Ly-ann.
Algo faltaba. . . Koani. Cuando hacia el amor con ella, era tan intenso, tan maravilloso y agotador.


~ Una sola vez con ella, vale mucho más que decenas de noches con otra mujer.


Decía para si el muchacho, dirigiéndose a la cocina, buscando cierta bola de pelos que no había visto desde que llegase la rubia. Y eso era raro, porque esa maldita cosa solo vivía para comer.


~ No está.


Ryu no le dio importancia y siguió andando por los pasillos, esperando a que su “invitada” se marchara.

Llegó el momento en que fijó la mirada sobre la puerta principal del apartamento, ¡estaba abierta!. . . lo peor fue notar una pequeña maleta a un costado de la puerta.

Ryu cayó sobre sus rodillas, comprendiéndolo todo.
Con razón el maldito gato no aparecía, Koani había estado allí. había venido a quedarse con él, pero. . . lo vio con otra mujer.


~ Lo arruine.


Susurró el muchacho, quien por un pequeño rato del que ni siquiera disfrutó, había perdido a la mujer que llegó a amar por sobre todo lo demás.






Continuará....
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Cómo ha avanzado la historia, no parecía que los iba a separar, ¿verdad?, pues lo hice.
Pretendía terminar este fic sin unirlos de nuevo, pero ya no sé. Haber que pasa.

Por otro lado, creo que la sutileza se me fue de las manos, y traté ciertos temas con más libertad de la que acostumbro ^^’.


priss_pk@hotmail.com