________________________Eso que siempre quise decirle

De: Priss

CAP X:”El deseo de tenerla entre mis brazos”.
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Lo miro con clara irritación. ¿Cómo era posible que esa bola de pelo estuviese descansando sobre SU cama?.
Estaba dispuesto a sujetarlo por el cuello y arrojarlo por la ventana, más justo cuando iba a ponerle el primer dedo encima, recordó que la bola de pelos.... no era suya.


~ Ah, si ella viene y no lo encuentra, me mata.


Ryu suspiró y terminó por dejarse caer sobre el sofá de su habitación. Con solo mirar al animal recordó como cierta chiquilla lo torturaba sin siquiera estar ella aquí. Cuando miró sus ojos miel, supo inmediatamente que la complacería muy a pesar de que no le convencía en lo más mínimo.


~ Pero.... de cierta forma no es tan malo.


El joven sonrió. Recordaba que justo al salir de la tienda de animales él estaba de un humor pésimo, dispuesto a golpear en la cara al primero que se atreviera a dirigirle la palabras.... cualquiera excepto ella.
Su sonrisa era más de felicidad que de burla; el escucharla decir “muchas gracias” no fue nada comparado con el beso en su mejilla. Tampoco puede negar que se sonrojó, el contacto fue tan suave y cariñoso, y viniendo de ella, la sorpresa fue lo mínimo que sintió. Además, hubo algo más.... claro que “rogarle” que el animal viviese con él, fue el colmo y sin embargo aceptó.


~ Si no hubiese sido por la historia de “o ella o el gato, ese peludo no estaría aquí.


De cualquier forma, cuando Sasaki aceptó a regañadientes quedarse con el animal, Koani lo besó nuevamente, más fueron sus labios los que se deleitaron con aquel contacto lleno de pasión, una pasión que la chica no le había demostrado... nunca!!.
Desde entonces él y la bola de pelos vivieron bajo el mismo techo.


~ Y desde entonces solo deseo echarte a la calle, maldito animal.


El muchacho se levantó inesperadamente, la vena de la sien le resaltaba sobre la piel. Era fácil, solo debía arrojarlo por la ventana y decirle a Motto que el gato escapó; sabia perfectamente que no era una de sus mejoras excusas, peor estaba dispuesto a hacerlo. Más de pronto sonó el timbre del apartamento y poco después una femenina voz que le exigía apresurarse.
Ya no tenia caso, habían pasado más de dos semanas desde que compró el animal y en todo ese tiempo ella venia diariamente a verlo, a veces después de clases.


Ryu suspiró resignado, se dirigió hasta la puerta y al abrirla pudo admirar a una chica muy linda. Se le veía divertida, seguramente se estaba burlando de él.
Ni siquiera esperó a que Sasaki la invitase a pasar, no venia a verlo a él de todas maneras.


~ Kiba, precioso.... ¿dónde estas?.


El gato apareció inmediatamente para recibir a su dueña, una dueña que.... no lo aprecia. Koani lo tomó entre sus brazos para acariciarlo durante un buen rato. Ryu gruñó levemente al ver la escena, ¿qué tenia de lindo esa cosa?, era feo, peludo, gordo y al juzgar por el tamaño, ya no era muy joven que digamos.
Con solo ver al felino supo que lo que hubo pagado por el era una estafa. ¿Por qué lo trataba mejor que a él?.


~ Motto, esta vez te pido, no!... te exijo que te lleves esa cosa de mi casa.

Ella lo miró, la llamó por su apellido; últimamente eso era algo inusual así que...


~ Estas enfadado?.

~ Enfadado es poco, yo odio a esos animales.

~ ¿Por qué?...


¿Por qué?, pues había un sin fin de razones. Quizá porque dejaban su pelo por toda la casa, porque había comenzado a maltratar los sillones de la sala, tal vez porque maullaba toda la noche y no lo dejaba dormir.
Quién sabe?, tal vez era por vivir en un apartamento donde no se permitían las mascotas.
En fin, Ryu enumeró bastantes razones para odiar al gato y a su dueña.


~ Si es que tú eres la dueña, por que, ah, si.... yo mantengo a la bola de pelos.


Faltó poco para que sus palabras fuesen un grito. Pero Koani ni siquiera se inmutó, al contrario, sonrió levemente y luego suspiró mientras cerraba los ojos...


~ De acuerdo, me lo llevaré. Con suerte y mi madre ni cuenta se da.


Sasaki la miró con agradecimiento; al fin seria libre, pero eso significaba que.... ya no lo visitaría a diario. Meditó un momento la posibilidad de retractarse y quedarse con el felino.
Estaba tan absorto en sus pensamientos que no notó la cercanía de la chica hasta que ésta le tomó el rostro con ambas manos, besándolo tranquila y suavemente.

Últimamente besarse era lo único que hacían, el felino era un mero pretexto para ambos. No lo fue al principio, pero luego.... cada vez, cada día que sus bocas volvían a unirse, lo hacían con mayor deseo y pasión.
Koani no recordaba en que momento comenzaron a besarse así, solo sabia que le agradaba y mucho, tanto que ella correspondía con igual intensidad a los labios de su compañero.

Pronto el asunto del animal fue olvidado completamente. Ryu sujetó a la chica por la cintura y, con cuidado, la recostó sobre el sofá de la sala; permaneciendo él sobre ella. Le gustaba, le gustaba mucho.
Los días en que ésta jovencita lo ignoraba, odiaba y evitaba, habían quedado en el olvido. Ahora eran mucho más que amigos, bueno... nunca fueron amigos, pero el caso es que ni ellos mismos sabían que eran ahora, solo que esto comenzaba a volverse un tanto complejo, por no decir, serio.

El tenso silencio del apartamento desapareció cuando la chica comenzó a suspirar cada vez con más confianza y volumen.
Las manos de Sasaki recorrieron, insistentes, los contornos de su cuerpo; los costados de sus brazos y piernas, su vientre... dios!!, las varoniles manos al rededor de su cintura, reclamándola como propiedad de él. Y los insaciables labios que apenas la dejaron tomar aire. Esa lengua curiosa que exploraba el interior de su boca.
Cuando Koani creía estar acostumbrada a las pequeñas “travesuras” de Ryu, él hacia algo completamente distinto que le sorprendía.... y la complacía.
Sabia lo que él quería, iba lento, pero lo sabia. Más la joven no estaba lista para las intenciones de su querido “amigo”.

Cando sintió las manos de Sasaki abandonar su cintura, no imaginó el próximo lugar donde dichas manos intentarían alojarse. Él quería sentirla, sujetar suavemente sus pequeños senos por encima de la tela de su ropa, pero....


~ Basta ya!!.


Apenas lo sintió, Motto se alejó como pudo de él; ahora cada uno a orillas extremas del sofá. Ella con el rostro envuelto en tonalidades rojas, avergonzada, sorprendida... asustada; él, lleno de frustración, solo segundo, tan solo un mísero segundo fue lo que pudo sentirla. Fue como tocar el cielo y caer de nuevo a la tierra a velocidad record.

No pudiendo entender lo que pasaba, Koani se apresuró hasta la puerta principal; quería alejarse porque de lo contrario su voluntad se doblegaría por completo y no quería eso, aun no.
Se sintió aliviada al sujetar la perilla, más los brazos de Ryu rodearon su cintura, abrazándola desde atrás sin intenciones de dejarla ir.


~ Por favor....


Ella suplicó, porque ya no sabia si en verdad quería irse o prefería quedarse aquí.
La única respuesta que recibió de su compañero fue la boca de éste sobre su cuello, recorriéndolo con sus deseosos labios y tatuándolo de cariñosos besos. Koani se giró para abrazarlo, fusionándose en un nuevo beso.
Más la chica lo alejó suavemente, manteniendo contacto visual con Ryu; lo miró con ternura, porque ya no sabia como hacerle entender.


~ De verdad.... debo irme.


Esta vez con calma, la joven giró la perilla y en un par de segundos dejó solo y desconcertado al muchacho. Es que él no podía obligarla, no quería obligarla.
Suspiró frustrado al no encontrar forma alguna de tratar el tema con la chica; la diferencia de ideas y pensamientos, de gustos y prioridades, era tal, que las cosas se complicaban de más.

Estaba dispuesto a dirigirse a su habitación, hasta que tropezó con algo o, más bien, pisó algo....


~ Sigues aquí?.


Como si el peludo animal fuese a responderle, él muchacho lo miró sin interés alguno.
Una vez más era ese gato el único que le hacia compañía. Y el único consuelo que tenia era que mientras el animal estuviese ahí, Koani regresaría.


~ ¿Quieres leche?.

Prefirió ir a la cocina, así él también se bebería algo, una cerveza.... quizá con eso se sacaría de la cabeza lo que casi pasaba entre él y su joven compañera.
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Hacia meses que no venia a este lugar.
Estaba frente a la puerta principal de la casa de su amiga, de Naomi.
Alzó la mano para hacer sonar el timbre, más titubeó.... No sabia si era correcto hablar con ella sobre.... sus nuevos problemas personales.

Poco tiempo tuvo para seguir pensando en ello, la puerta se abrió permitiéndole ver a un joven que aparentaba ser más o menos de su misma edad; definitivamente no era familiar de su amiga, entonces?...
Iba a preguntarle por Naomi, más justo al abrir la boca, escuchó de la susodicha quien se acercó a la puerta.


~ Ah, Koani. ¿Qué haces aquí?.


El recibimiento no fue grato. La joven pudo notar el enojo en las palabras de su amiga mientras ésta se abrazaba al muchacho, que por cierto, no traía camisa.
Naomi arqueó una ceja. Le exigió a la otra chica que no la molestase pues estaba muy ocupada en ese momento.


~ Si, Ya veo....


No tenia caso alguno permanecer allí; Motto salió apresurada de aquel lugar sin un destino en particular.
Solo recorrió por horas las calles y comercios de la ciudad. Deseaba distraerse, peor también asimilar los cambios por los que su vida estaba pasando. Le dolía haber sido tratada de tal forma por la que fue su mejor amiga, al persona que ella más quería, pero no quiso pensar más en eso.
Por otro lado recordó a Ryu, por él estaba pasando todo esto.


~ Ryu.... tonto!!.


Suspiró después de sus palabras.
Últimamente pensaba mucho en él, quería estar todo el tiempo a su lado y hacer muchas cosas en su compañía.


~ De verdad... ¡muchas cosas!.


Se detuvo un momento. Eso era lo que quería conversar con Naomi, quería que le aconsejara de alguna forma, más nada resultó así. Para empeorar el día, había comenzado a llover ligeramente.

Koani no le prestó atención a las gotas de agua hasta que estas se volvieron cada vez más intensas y constantes.


~ Genial!!, lo que me faltaba....


Bajó la mirada hasta el suelo. Su casa estaba hasta el otro lado de la ciudad y lo que menos quería era ir y auto compadecerse por su ”grandiosa” vida.


~ Ryu....


Entonces, el nombre de cierto joven emergió como un suspiro de sus labios.
Se sonrojó levemente e impulsada por una emoción extraña producto del recuerdo de Sasaki, comenzó a correr.... con la única idea de verlo de nuevo.
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Era la segunda vez en el día que venia a este lugar, así como también era la segunda vez que titubeaba antes de hacer sonar el timbre, el cual se escuchó después de unos minutos.
El dueño del apartamento no tardó mucho en abrir la puerta, más lo que vio no era algo que esperara....

Allí estaba ella, otra vez, pero totalmente empapada y con el cabello hecho un desastre, mientras sus ojos se escondían tras unos cuantos mechones tan rebeldes como ella misma.


~ Koani, que....

~ Me decepcionaras?.

~ ¿Qué?.

~ Dime si vas a decepcionarme como todos las demás personas lo han hecho.... ¿lo harás?.


Mientras la última pregunta escapaba de sus labios como un débil murmullo, la chica se acercó suavemente a Sasaki, del cual se abrazó sin dar más explicaciones, mojándolo con sus ropas.
Quería sentirlo cerca porque en este momento no recordaba tenerle confianza a nadie más.


~ Oye, Koani....


Ella lo miró directo a los ojos, deseando permanecer así, abrazada a él, pero Ryu tenia otros planes. Presionó sus labios contra los de ella, lo hizo de forma apasionada, profunda.


Y así, sin dejar de besarla, sin dejar de abrazarla y sin siquiera abrir los ojos, la guió al interior del apartamento, cerrando la puerta tras de si.
Esta vez no dejaría que la joven se le fuese de las manos tan fácilmente.





Continuará....
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He aquí un poco más de seriedad e intimidad para los personajes.
Por eso quise que empezaran de cero, porque planeo que sean una pareja en toda la extensión de la palabra.

Ya se imaginarán donde terminará todo esto, ¿no?.
Pues el siguiente capitulo se enfoca después de la relación intima de ambos jóvenes;
sin embargo escribí un capitulo inédito, LEMON, que describe lo que éste dejó a la imaginación.


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