_____________________Sueños sobre hielo.


De: . Priss .


Capítulo IV: Daños.
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Ya entrada la noche, Rukia salía de la pista de hielo, con mirada baja y paso lento.


~ Ya es muy tarde.


Escuchó que le decía una voz, entonces alzó el rostro, encontrándose con un chico alto de cabellos naranjas. Ella volvió a bajar la mirada y pasó de largo sin contestarle al muchacho.


~ Vamos, Rukia. ¿Sigues enojada?.


~ Eso es obvio, ¿no?.


El Kurosaki se rascó la cabeza, desordenando sus peculiares cabellos en un arranque de desesperación por la actitud de la enana.

Terminaron caminando uno junto al otro en tranquilo silencio. Él estaba ligeramente molesto; se preocupaba por ella… ¿y así le pagaba?, reclamándole que hablase con Kaien y luego, ignorándolo por completo.


Caminaron un rato por las calles iluminadas con la luz artificial, en total silencio.
Ichigo llevaba las manos dentro de la chamarra, más apretaba los puños, molesto con esta tonta situación.


~ En serio, Rukia.


Más el pelinaranja se hartó de aquel silencio e hizo sonar su voz con claro reproche.
Fue entonces que la pelinegra se detuvo y lo miró fijamente con esos lindos ojitos suyos.


~ Te lo dije… que no reclamaras nada a Kaien y tú no me hiciste caso. Ya ves, ¡ me fue peor !.


~ ¡¿Qué?!. ¿Te lastimó?. ¿Te puso una mano encima?, dime, Rukia. Si él te hizo daño otra vez, yo…


~ No, Ichigo, no alucines… Kaien… ya no quiere ser mi entrenador.


La voz de la chica terminó por quebrarse.

Rukia bajó la mirada, ocultando el par de lágrimas que resbalaban por sus tersas mejillas; lágrimas de coraje, de desesperación y también de decepción. Su más grande sueño estaba en la cuerda floja, a punto de caerse y perderse para siempre. Lo peor es que estaba a unos cuantos pasos de realizar ese sueño, el ganar los olímpicos.


~ Rukia, y-yo lo siento. Pero no pienso quedarme inmóvil mientras él descarga toda su frustración y dolor en ti… ¡ y termina lastimándote !.


Ichigo terminó gritando. Quería que ella entendiera que él solo se preocupaba por ella… quería transmitirle, al menos un poco, sus sentimientos por ella.

No esperaba que la Kuchiki reaccionara como lo hizo…


~ Creo que es mejor no vernos más.


~ Rukia !!.


~ No puedo más con esto… el estrés, tu y Kaien peleando… ¡ no !.



La pelinegra alzó entonces la mirada, clavando sus lindos ojitos violetas en él. Había… tanta pena en sus ojos.


~ ¡ Gomen, Ichigo !.


La chica no le dio tiempo al muchacho para contestar, simplemente dio media vuelta y se alejó corriendo, dejando al Kurosaki muy confundido, frustrado y molesto.

Por si fuera poco, frías gotas de lluvia comenzaron a caer del cielo… estaba lloviendo.
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Un par de días después, Rukia no podía concentrarse en su entrenamiento.


“Creo que exagere las cosas, no debí decirle eso.”


Pensaba, al tiempo en que se preparaba para un triple Axel, por supuesto no pudo hacerlo a la perfección. Ni la altura ni la elegancia que ella podía lograr se reflejaban en ninguna de sus figuras. Kaien lo notó y apretó los dientes.


~ ¿Qué demonios haces?.

Le grito, entrando a la pista, dispuesto a echarle en cara a su alumna su falta de concentración y de paso todos sus errores.

~ ¿Qué pasa contigo?, ¡ lo estás haciendo todo mal !.


~ K-Kaien-sensei, yo…


~ Ese tipo de saltos no lucen ni tienen valor si no alcanzas una buena altura.


Le decía, tomándola por la cintura y la guiaba al patinar, cual si de una pareja de patinadores se tratasen… pero no lo eran.

Rukia nunca había patinado así. Y no sabía, no podía…


~ Kaien, por favor detente… ¡¡ no puedo !!.


Pero él no la escuchaba. Por un segundo, él pensó que la mujer que sus brazos rodeaban era Miyako. Y la elevó sobre el hielo.



Ichigo bajaba por las gradas, venía a disculparse con Rukia, si con eso podía verla de nuevo.

Pero al llegar a las últimas filas, escuchó la aterrada voz de la Kuchiki, quien rogaba. Y vio como su hermano la elevaba para hacer un salto, pero Rukia no sabía cómo hacer una figura de ese modo, no cuando era impulsada con una fuerza que no era de ella. Tampoco sabía cómo caer sobre el hielo.


El pelinaranja corrió cuanto pudo, pero no logró llegar a tiempo. Tan solo pudo ver como su hermano arrojaba a la chica al aire y esta caía estrepitosamente, golpeándose la cabeza con fuerza en una de las volteretas. Ichigo solo pudo ver, impotente, la escena y gritar con desesperación el nombre de la chica al ver que ella no se levantaba.


~ ¡¡ Rukia!! ...


Y él, por más que corría, parecía no poder llegar a ella.






. C o n t i n u a r á .
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Ahora sí, los maltratos de Kaien se salieron de control, aunque hay que considerar al hombre, estaba alucinando.

Imaginó la expresión de Ichigo al ver esto y tratar de ayudar a Rukia; imagino a un hombre enamorado y desesperado por proteger a su chica… y no poder hacerlo.

El titulo de este cap, no solo se refiere al accidente de Rukia, sino también al dolor que ella misma se provocó y a Ichigo al terminar su relación.


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