___________________Sueños sobre hielo.


De: . Priss .


Capítulo II: Asuntos.
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~ Son cosas tuyas, hermanito.


Decía Kaien, quien iba de aquí para allá en la cocina, preparándose el desayuno.
¿Que últimamente estaba muy tenso e irritable?. ¡ Por favor !, su hermano menor si que era bueno para hacer comentarios sin sentido.


~ Eres un sentimental, Ichigo, por eso sigues viviendo con el viejo.


Kaien se giró a ver al pelinaranja mientras se servía una taza de café bien cargado.


~ Ni modo que lo deje solo, capaz que se muere de hambre por pasársela todo el día frente al poster de mamá.


El menor de los hermanos se rascó la cabeza; no sabía cómo abordar el tema de Rukia.
Estaba enfadado con el pelinegro por maltratar a una chica tan linda y frágil como lo es la Kuchiki, pero también estaba consciente de que Kaien todavía no superaba la muerte de Miyako, así que trataba de tener algo de tacto.


~ Deberías… venir a vivir con nosotros.


~ ¿Y ser parte de su loco club se solteros?… no, gracias.


~ Pues hablaras de ti y del viejo, porque yo ya tengo a alguien.


El mayor sonrió con burla ante las palabras de Ichigo, dejando su taza sobre la mesa. Estaba incrédulo ante la posibilidad de que el pelinaranja realmente hubiese encontrado una chica que lo aguantase.


~ ¿Ah sí?. ¿Y quién es la pobre chica, si se puede saber?.


Kaien hubiese preferido no hacer esa pregunta, no al escuchar la respuesta de su hermano.


~ Kuchiki Rukia.


El pelinegro torció la boca y la sonrisa se le borró del rostro, de pronto enfadado… no, furioso.


~ Ni se te ocurra interferir con el entrenamiento de esa niña, Kurosaki.


El pelinaranja parpadeó un par de veces. Cuando el moreno lo llamaba por su apellido, que por supuesto compartían, era para poner una barrera entre ellos, porque estaba enojado o hablando de algo muy serio. En este caso, era de todo un poco.


~ Hablando de ella, Kaien… quiero pedirte algo.


~ Si es por su futuro, descuida, la haré triunfar.


Ichigo apretó los dientes y arrugó el ceño. ¿Desde cuándo acá su hermano era un maldito descarado?. ¿O era que en verdad no se daba cuenta del mal que le estaba haciendo a la chica.


~ Créeme que eso es lo que menos me importa.


El mayor torció las cejas con enfado mientras su mano, temblorosa por la ira, sostenía la taza medio llena de café.


~ ¿Qué quieres decir?.


~ No sé porque desde que Miyako murió… pareces querer desquitar ese enojo y dolor con Rukia, pero no voy a permitir que la lastimes.



Algo en el moreno hizo “clic”.
Estaba furioso, ¿cómo se atrevía a acusarlo de maltratar a la Kuchiki?. No podía creer que su propio hermano lo amenazara.


~ ¿Sabes?, no tengo tiempo para escucharte, kozo. Si quieres hacerte el héroe no me uses para ello.


~ Es en serio, Kaien.


Ichigo alzó la voz por primera vez durante toda la conversación. Es que estaba furioso y se detenía solo porque el hombre frente suyo era su hermano, sino, ya le hubiese partido la cara y mandado al hospital.


~ He visto las marcas amoratadas en su blanca piel; ¡ debes controlarte !.


~ ¡ NO !, Ichigo, el que debe controlarse eres tú. También estarás en los juegos, ¿no?... eres el capitán del equipo de hockey… deberías concentrarte en dar lo mejor y ganar, no en una chiquilla tonta que va llorando a tus brazos para engatusarte.


~ Ella dice que se cayó.


~ Bueno, tal vez debas creerle.


Ichigo apretó los dientes. Su hermano era un necio, ciego ante la ambición de que su alumna fuese la mejor.


~ En serio, Kaien. No soy estúpido y no permitiré que la lastimes.


Kaien rió ligeramente, burlándose de las palabras del pelinaranja.


~ ¿Qué te hizo esa niña?. Como sea…

Se puso serio.

~ Metete en tus propios asuntos.


El pelinegro tomó sus cosas para dirigirse a la puerta de su apartamento, desde donde le gritó a su hermano que cerrara al salir.


Ichigo suspiró al escuchar la puerta azotarse. Tendría problemas con Kaien, eso seguro, porque todo lo relacionado con la Kuchiki… es asunto suyo.






. C o n t i n u a r á .
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La idea de que Ichigo y Kaien fuesen hermanos, surgió precisamente por la intención de que peleasen por Rukia, no precisamente por amor, pero si por el bienestar de la misma.

Y aunque es injusto, Kaien seguirá tratando mal a la Kuchiki.


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