_____________________________She is...


De: . Priss .

Capítulo VI: a WEAPON.
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¡ Le rogó como un tonto !.

Ichigo Kurosaki tenía fama de problemático y verse involucrado siempre en peleas; chico rudo y hasta malo e insensible. Así es como muchos lo veían, por eso resultaba increíble que se doblegara ante esa chica y le insistiese tanto en que fuese su novia. ¿Y para qué?, para que ella lo rechazara sin más.


Kuchiki Rukia era la estudiante número uno de su grupo, que por cierto era el mismo del Kurosaki. Pequeña, frágil e inocente. . . era toda una ternura realmente y esa personalidad sacaba de quicio al pelinaranja, pero ni aun así pudo evitar el fijarse en ella.


Rukia era muy bonita, ¿para qué negarlo?. Quizá su silueta era delicada, sus curvas suaves y por tanto sus atributos mus escasos.
“Petit”, decía ella. Pero tenía unas piernas de ensueño e Ichigo pasaba mucho tiempo mirándolas.


~ ¿Quieres ser mi novia?.


Le volvió a insistir el Kurosaki, ahora más directo.
Se sintió como un idiota cuando la pelinegra le dio un rotundo “NO” como respuesta, sonando tan fría e indiferente. Ichigo se sintió imbécil, había sido rechazado, dos veces, por una chiquilla.


“Pero no puedo sacarla de mi cabeza.”


Pensaba el muchacho.
Y se preguntaba qué había de malo con él. Bueno, su reputación no era muy buena que digamos, pero la mitad de la culpa la tenían los tipos que lo molestaban buscando pelea por razones tan tontas como su color de cabello.




Como sea, ese día, después de ser rechazado, por segunda vez, Ichigo regresaba tarde a casa.
Venía de una pelea; ya había anochecido y seguramente se perdería la cena, todo gracias a cierta pelea con los tipos de una pandilla.


El pelinaranja se quejaba de su mala suerte cuando de pronto vio un destello en el cielo, una luz que cayó precipitadamente. Se cubrió los ojos ante la intensa luz. Lo que quiera que fuese, había caído a unas cuantas calles de allí.


Movido por la curiosidad, el chico corrió donde creía que encontraría algo; un terreno baldío donde el humo le impedía ver qué demonios se había precipitado desde el cielo.


~ ¡ N-no, no puede ser !...


Susurró para sí el muchacho, sus ojos desteñidos por la sorpresa pues ante él, una mujer salía de entre el humo. Ichigo se quedó en shock cuando pudo verla bien.


Ante él, la chica que le quitaba el sueño, aquella que lo había rechazado: Kuchiki Rukia lo miraba con ojos fríos, pero eso era lo que menos le importaba al joven de cabellos naranjas.
La pelinaranja sangraba y a ella parecían no dolerle las varias heridas que tenía, además, aquello se veía grave pues parecía tener metales incrustados en su delicado cuerpo.


~ Ru, Rukia, ¿qué? !... ¿qué paso?, estás !!...


Ichigo se acercó a ella sin lograr ocultar la preocupación. Más al estar frente a frente, el muchacho pudo notar que el metal no estaba precisamente incrustado en el cuerpo de la Kuchiki.


“¡ Es parte de ella !.”


Pensaba alarmado.
Aquello no eran simples metales retorcidos incrustados en su cuerpo, sino alas de acero o al menos lo fueron, pues una de ellas se había desprendido.


~ ¡ Rukia !.


El Kurosaki no pudo ocultar el tono de dolor en su voz, y alzó la mano, tratando de acariciar una de las mejillas de la mujer. Pero ella se alejó ligeramente, mirándolo con odio.


~ No te acerques... Le gritó. ~ ¡ puedo matarte !.


La mirada del pelinaranja seguía titilando, llena de preocupación. Y en un par de pasos, con suavidad, el muchacho alzó los brazos, rodeando con delicadeza la pequeña figura de la mujer.


~ Lo siento Rukia... lo siento.


La mirada de la chica pasó del odio a la tristeza.


“¿Por qué se disculpa?... ¿por qué le preocupa que yo?... ¡¡ ¿por qué está llorando? !!.”


La Kuchiki se derrumbó en ese momento; se aferró a los brazos del pelinaranja y lloró amargamente, lloró... lo que nunca había llorado.
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~ Así que… eres un arma.


Aquello no era precisamente una pregunta.
Ambos jóvenes estaban en la terraza de la escuela, mirando las tranquilas y blancas nubes del atardecer.


~ ¿Por qué…?


~ Fue hace un par de años.

Lo interrumpió ella.

~ Dijeron... que mi cuerpo era perfecto y que resistiría las operaciones, mejor aún, no rechazaría todos los implantes.


Ichigo torció la boca al escuchar a la pelinegra. No había dolor en su voz… pareciera que a ella no le importaba.


~ Los médicos creen que casi no he crecido desde entonces debido a los implantes y…


~ A mi me gustas así, pareces una lolita.


~ ¡ Pervertido !.


El pelinaranja sonrió, más casi al instante dicha sonrisa se borró de su rostro para dar paso a una expresión seria, misma que a su vez se tornó iracunda.


~ ¿Con qué maldito propósito?.


Rukia mantuvo la mirada fija en el hermoso atardecer, ignorando el creciente enojo del muchacho.


~ El gobierno debe hacer… ciertas cosas para mantener la paz en el país. No soy la única, Ichigo, ya ha habido otras antes y tengo entendido que los países más poderos tienen al menos una... como yo.


El Kurosaki apretó los dientes. Si lo que Rukia quería era consolarlo, pues de hecho estaba logrando exactamente lo contrario, pues la tristeza había terminado por invadirlo.
Un incomodo silencio los envolvió y fue roto solamente por el timbre del celular de la chica.


~ ¿Un mensaje?.


~ Si.


~ ¿Qué pasa?.


~ Debo irme, me necesitan para...


Pero la pelinegra no terminó de explicarle, pues Ichigo inesperadamente la había abrazado con fuerza, sin intenciones de soltarla.


~ I-Ichigo, ¡ ¿qué haces? !.


~ ¡¡ No vayas !!.


La Kuchiki se estremeció ante aquella petición. Kami, era tan tentador, pero no podía, tenía una responsabilidad, un deber.


~ Ichigo, suéltame, podría lastimarte... incluso matarte, yo, yo... no puedo controlarme.


Más no importaba cuanto ella le advirtiese, él la abrazaba con más fuerza.


~ Mi propuesta... sigue en pie.


Los ojos de Rukia se destiñeron. Él... ese imbécil aun quería que ella fuese su novia y...


~ Di que si, onegai...


La chica no pudo responder, la voz se le había apagado y en cambio un ligero movimiento de cabeza fue suficiente para hacer feliz al muchacho y que este la abrazara con más fuerza aún.

Luego, él buscó los labios femeninos, tomándolos en un tranquilo y suave beso.


~ Ichigo, debo irme...


Él la soltó lentamente.


~ Te veo mañana.


Ella asintió e inmediatamente después desplegó sus alas de acero, desgarrando parte de su uniforme.


~ ¡ Te ves hermosa !.


Le dijo él, con total sinceridad en su voz, haciendo sonrojar a la chica de ojos violetas.


~ Baka !.


Sin más, la chica se elevó por el cielo, desapareciendo en segundos de la vista del Kurosaki.

Rukia sobrevolaba a gran velocidad la ciudad; una linda sonrisa adornándole el rostro, así como el carmín que coloreaba sus mejillas. Y su corazón latiéndole alocado como nunca.


Lágrimas deslizándose por las mejillas de la pequeña mujer, lágrimas de alegría, pues por primera vez en mucho tiempo se sentía como lo que ya no era... se sentía humana.






. C o n t i n u a r á .
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Esta historia está basada en Saikano. Sencillamente porque Ichigo y Rukia me recuerdan un poco a Shu y Chise, más que nada por la estatura ^0^‘.

Pues la idea me pareció atractiva, de hecho, el primer cap de Saikano es muy impactante, así que no pude evitar relacionarlo con el ichiruki.

Es muy sencillo echar a volar la imaginación y pensar en Ichigo y Rukia viviendo el drama de Saikano.


priss-sk@hotmail.com