______________________________Lazos


De: . Priss .

Capítulo X.
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Rukia terminó correspondiendo a los apasionados y exigentes labios del pelinaranja.

No pudo resistirse, ella. . . también lo deseaba, lo esperó por tanto tiempo que ahora no podía detenerse. Y allí, sobre la cama de la Kuchiki, ella bajo el cuerpo del Kurosaki, las ropas poco a poco comenzaron a estorbarles.


Una de las manos del muchacho se perdió bajo la blusa de la pelinegra, quien rompió el actual beso para soltar un gemido que a Ichigo se le antojó delicioso.

El Kurosaki oprimió suave y dulcemente el pequeño seno izquierdo de la chica aun por encima del sostén.


~ Ma-matte, Ichigo, no…

~ Shuu, tranquila, pequeña.

~ Es, es que yo…

~ ¿No quieres?.


Rukia desvió la mirada; sus mejillas rojas por la situación, así como por la pregunta de su compañero y todos los pensamientos que aquella acarreaba.


~ N-no es eso… es solo que…


Ichigo no permitió que la joven continuara.
No había tiempo para palabras, solo para el amor.


El pelinaranja siguió masajeando los pechos de la Kuchiki, cuyos gemidos llenaron la habitación.

Susurrando dulces e incitantes palabras al oído de Rukia, Ichigo venció poco a poco todas las barreras que ella trataba de poner entre ellos. La estorbosa ropa terminó siendo arrojada lejos de aquella cama que sostenía a los dos futuros amantes.


~ I-Ichigo, tu...


La pelinegra se arqueó al sentir como los labios del muchacho se posaban sobre su pezón derecho, succionándolo casi con demencia, transportándola al mismísimo paraíso.


“Es bellísima.”


Pensaba el Kurosaki sin dejar de saborear la blanca piel de su pequeña acompañante.

Rukia se retorcía bajo el cuerpo de Ichigo, gimiendo y apretando las sábanas con fuerza, mientras arqueaba su petizo cuerpo ante el intruso que, sin más, se alojó en su intimidad, pues el chico había hundido su dedo medio en el cálido sexo de la mujercita, realizando movimientos de entrada y salida que la enloquecían y la llenaban de placer.


Lo que empezó como una penetración suave y tranquila, se tornó desesperada pues Ichigo metía y sacaba su dedo con rapidez, regalándole a su compañera el primer éxtasis de su vida.


~ I... Ichigooo !!!...


Ella gritó al tiempo en que formaba un arcó con su espalda.
Sus piernas totalmente separadas, permitiéndole TODO al que se suponía que debía tratar y querer como hermano. . . pero no era así.


La Kuchiki respiraba agitada, su rostro matizado en carmín.
Ambos jóvenes se miraron fijamente. Sin decir palabra alguna y sin romper el contacto visual, el muchacho se acomodó entre las piernas de la chica, presionando suavemente su hombría en ella, clavando apenas la punta de su espina.


Rukia se estremeció al sentirlo; una extraña mezcla de sensaciones la recorría. . . pena, incomodidad. . . todo era tan extraño. . . pero le gustaba y quería más.
Ichigo siguió presionando hasta llenar totalmente la intimidad de la Kuchiki.


“¡ Maldición !... se siente tan jodidamente bien !!.”


Pensaba el chico, apretando los dientes y comenzando con un intenso vaivén de caderas que los enloqueció a ambos.

El pequeño dolor de Rukia al ser penetrada por vez primera se desvaneció entre las exquisitas embestidas de su amante y el delicioso roce entre sus sexos. Ichigo cada vez se clavaba con mayor fuerza y rapidez.


~ Rukia !... Rukia !!...

~ I... Ichigo !!.


Los amantes se aferraron el uno al otro ante la oleada de placer que los recorría, el éxtasis más intenso y hermoso.

El pelinaranja derramó su semilla en la suave flor femenina. Rukia lo besó con total abandono. Dios !!, lo quería tanto que no podría negarle nada. . .


Quizá por ello, aun estando cansada, no dijo nada cuando el pelinaranja volvió a mecer las caderas. . . ella también lo deseaba.






. C o n t i n u a r á .
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¡ Pequeñísimo !.

Pero me gustó, creo que me frené porque, después de todo, se criaron como hermanos y se supone que debe ser una experiencia muy incómoda, por muy linda y esperada que sea. . . eso creo ¬¬’.


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