______________________________Lazos


De: . Priss .

Capítulo VIII.
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¿Cuándo fue que las cosas comenzaron a complicarse?. Ichigo no sabría decirlo.
A sus escasos dieciséis años, el joven pelinaranja pasaba por los momentos más complicados y vergonzosos de su corta vida.


Acababa de despertar de un loco sueño, ¿o debería decir pesadilla?.
Respiraba agitado, sus pupilas desteñidas ante la sorpresa y la incredulidad.


~ Ma-masaka!!...


Susurró, su garganta estaba tan seca que su voz apenas y produjo un débil gemido.

No podía ser, no, esto no podía estar pasando. Había soñado con Rukia. . . desnuda. La chiquilla de once años, la enana fastidiosa que se divertía llevándole la contraria y discutiendo con él.


Ichigo apretó los dientes así como las sábanas.
Cerró los ojos tratando de calmarse, tratando de sacar esa imagen de su cabeza, la imagen de Kuchiki Rukia desnuda para él.


El Kurosaki no pudo volver a dormir en toda la noche. Las ojeras bajo sus ojos estaban bastante marcadas. Después del incomodo sueño erótico, Ichigo se vio obligado a darse una ducha con agua bien fría, aun cuando fuesen las dos de la madrugada.

El baño le ayudó a su cuerpo a volver a su estado común, más no pudo deshacerse de la imagen de Rukia.


~ ¡¡Maldicióonnn!!...


Gritó el muchacho, sujetándose la cabeza y alborotando su extravagante cabellera.
Se detuvo en seco al recordar que no estaba solo, y alzó la mirada, encontrándose con las incrédulas y curiosas miradas de su viejo. . . y la de ella.


El pelinaranja pronto giró el rostro; su cara toda roja.
No, ni siquiera podía mirar a la enana sin recordar su pequeño y frágil cuerpo, libre de cualquier estorbosa prenda. . . ¿estorbosa?.


“¡Felicidades, Ichigo!… eres todo un loco pervertido, tal como tu padre.”


Se torturaba mentalmente el muchacho.


~ ¿Estás bien, Ichigo?.


El joven giró la mirada, encontrándose con el rostro de la Kuchiki, muy, muy cerca del suyo. Eso lo asustó, sinceramente.
Si, estaba asustado de no saber de que era capaz de hacer con ella tan cerca.


Sus mejillas se colorearon rojas; se puso de pie abruptamente, saliendo de la cocina y alegando que no tenía hambre.


~ ¿Qué le pasa?.


Preguntaba la chiquilla, más para ella que para su padre, quien estaba sentado junto a ella, ocultando prácticamente el rostro tras las enormes hojas del periódico.

Una sonrisa burlona le cruzaba el rostro. Para él era tan fácil descifrar las expresiones y reacciones de su hijo, además, para él no pasaba desapercibido como Ichigo lanzaba miradas clandestinas a la pequeña pelinegra. Miradas llenas de deseo e ilusión, así como de confusión.


Para Isshin era muy gracioso ver a su hijo tan confundido, esforzándose por dejar de sentir lo que sentía.

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~ Maldición!, maldición!!, maldición!!!, maldicióonnn!!!…

Ichigo iba de camino a la escuela, renegando por la difícil situación.

~ ¡Puto sueño y puta suerte!.


No podía ser que fantaseara de esa manera con la enana.
Su ceño se marcó aun más para luego apretar los dientes; tenía una mirada que desbordaba decisión.


No caería ante ese tipo de emociones, así tuviera que alejarse de Rukia. . .


~ Así tenga que tratarla con la punta del pie.


Se decía a sí mismo, como para convencerse.
Estaba decidido a no arrastrar a Rukia en sus perversiones.






. C o n t i n u a r á .
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Y aquí, por fin, la razón por la cual Ichigo cambió tanto su trato con Rukia.

Y es muy entendible, a mi parecer, dada la personalidad del muchacho, además. . . en este cap ella tiene tan solo once años, y él, siendo un joven de dieciséis. . . es para asustarse de sí mismo, ¿no?.


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