_____________________________Lazos


De: . Priss .

Capítulo III.
___________________________




~ Tadaima.


La delicada voz de la Kuchiki sonó suave y cansada; recién llegaba de la escuela después de un pesado día.

No esperaba que respondieran a su saludo, después de todo, rara vez había alguien en casa a esas horas de la tarde.


“Isshin en el hospital, trabajando, e Ichigo…”


Los pensamientos de la pequeña chica se interrumpieron ante los inusuales ruidos que provenían de la sala.
Curiosa, se guió por las voces y risas; se sorprendió al descubrir que había visitas.


~ Buenas tardes.


Saludó con una linda sonrisa que hacía a su rostro brillar.
Todos giraron a ver a la pelinegra.


~ Buenas tardes, señorita, disculpe por las molestias.


Le decía un joven de lentes y cabellos azulinos. Al parecer allí se había reunido todo un grupo de estudios.


~ N-no es ninguna molestia. Aunque es raro que Ichigo invite amigos a casa.

~ Ah, te entiendo, Kurosaki es un antisocial, geniudo de lo peor.


El aludido giró el rostro y frunció el ceño.


~ Gracias, Ishida.

~ Cuando quieras.


Rukia rió sutil ante la pequeña pelea de esos dos. Nunca imaginó que el pelinaranja se llevase de maravilla con otras personas, pero esos chicos estaban allí, conversando animadamente.


~ Los dejo para que puedan estudiar tranquilamente.

~ De hecho…

La Kuchiki se giró al escuchar la voz de otro chico.

~ Terminamos hace un rato e íbamos a jugar cartas. ¿Por qué no nos acompañas?.


La pelinegra dio un paso, a punto de aceptar la invitación del chico pelirrojo con extravagantes tatuajes, más la voz del Kurosaki la dejó helada.


~ No, Renji, ella tiene que estudiar.


La joven clavó sus violáceos ojos sobre Ichigo; ese entrometido ni siquiera le había pedido su opinión, simplemente daba a entender que no quería que ella estuviese allí.

Algo en el pecho de Rukia comenzó a dolerle al grado de sofocarla, aun así sonrió ampliamente.


~ E-es cierto, apenas serán los exámenes en la preparatoria… con permiso.


La chica de oscuros cabellos subió apresurada a su habitación, sin dar cabida a más comentarios.


~ ¡Imbécil!.


Decía Uryuu golpeando a Ichigo en la cabeza.


~ Oye!!, por qué fue eso?.

~ Por idiota, por eso!.


El pelinaranja ignoró a su amigo y volvió a concentrarse en sus cartas.
Un tranquilo silencio los envolvió por unos instantes. . . hasta que Renji se atrevió a romperlo.


~ ¡Tu hermana sí que es linda!... Ichigo, que envidia!!.


El Kurosaki alzó la mirada, ligeramente oculta tras sus cartas. Levantó una ceja, envidia, ¿por qué?.
El pelirrojo pareció adivinar su expresión.


~ Tú puedes verla todos los días.

~ Para lo que me importa esa enana, plana.


Ichigo volvió a concentrarse en su juego, pero apretaba fuertemente los dientes.
No le gustó nada el comentario del Abarai, pero no iba a defender a esa chiquilla. . . JAMÁS!.


~ Yo también creo que es linda.


Ishida se sentó junto a Renji, lo que fuera con tal de molestar al Kurosaki.


~ Parece delicada.

~ Chad, tu también?!!.

~ No les hagas caso, Kurosaki-kun, te molestan porque saben que a ningún hermano le gusta que se fijen en su hermanita.


Una chica pelinaranja se aferró al brazo del muchacho, creyendo comprender la razón de su enojo. . . ¡qué equivocada estaba!.

[][][][][][][][][][][][][][][][][][][][]




Ya entrada la noche, Rukia bajó por un vaso de agua.
Todo era silencio a comparación de la tarde; hacia un par de horas que los amigos del pelinaranja se habían ido.


~ ¿Qué haces?.


La pelinegra casi brincó del susto al escuchar la voz del Kurosaki.


~ I-Ichigo, qué…


El chico solo le mostró una cerveza, respondiendo cualquier duda que ella pudiese tener. El silencio los acompañó por unos instantes.


~ Rukia… te pediré que no estés cerca, ni mucho menos converses con mis amigos cuando ellos vengan.

~ Por, ¡¿por qué?!.


Los ojos de la chica se destiñeron.


~ ¡Porque me molesta!.


La Kuchiki bajó la mirada; sus pupilas parecían temblar.


~ Descuida, no volverá a pasar.


Decía la chica apenas en un hilillo de voz, luego corrió escaleras arriba hasta encerrarse en su habitación.


Ichigo se sintió como un maldito, pero ni esa sensación evitó que admirara las torneadas piernas de la chica que dejaban a la vista los shorts de su pijama.

Genial, no solo era un maldito infeliz. . . también era un pervertido.






. C o n t i n u a r á .
__________________________________________
Ichigo sigue siendo cruel T_T.
Y Rukia que sufre por ello T_T.

Lo peor del asunto es que el pelinaranja seguirá siendo un maldito con la pobre chica, aunque hay una razón que se develará más adelante.


priss-sk@hotmail.com