_____________________________Por un futuro sin reglas


De: Priss

Capítulo IX
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~ ¿Qué haces aquí?.

A pesar del tono de reproche, la pregunta de Rukia vino después de un efusivo abrazo y un beso que, más que de pasión, estaba lleno de necesidad.
Ichigo se había escabullido hasta su habitación, despertándola con un beso.


~ No pude soportarlo más, te extrañé.

Tras las palabras del pelinaranja, un nuevo beso surgió entre los jóvenes.


Ese hombre estaba loco. La mansión Kuchiki poseía una fuerte vigilancia; si los guardaespaldas. . . si su hermano lo descubría allí. . .


~ Seria capaz de matarte!!.

~ Valdría la pena.


Una de las manos del Kurosaki se posó en la cadera de la joven, como sustentando sus palabras.


~ Ecchi!.

Rukia entrecerró los ojos, mirándolo acusadoramente.
Y sin embargo los labios del chico fueron bienvenidos cuando este buscó la dulce boquita de la que era su chica.


Meterse en su cama nunca fue la intensión del muchacho. . .


“Pero ya que estoy aquí…”

Verla, besarla y decirle que la extrañaba, fue su coraje para venir hasta aquí, arriesgándose a ser descubierto por su desconocido cuñado.



Las manos del Kurosaki se perdieron bajo la yutaka de una Rukia que cerró los ojos, llena de felicidad de poder estar otra vez con este hombre.


~ Te quiero…
Le dijo él, abriendo la yutaka y contemplando la frágil y hermosa figura femenina.
~ Te quiero!!.


Y sus labios se lanzaron de inmediato sobre ella, sin pretender gastar tiempo.
Él asaltó la pequeña boca con tanta pasión, que los gemidos quedaban atrapados en el beso.

Rukia estaba tan feliz que no reparó en el momento en que los labios del pelinaranja se deslizaron hasta sus senos, más exactamente aprisionando el pezón izquierdo, succionando, mordiendo y después, lamiendo cariñoso, como curando las heridas que sin querer su desesperación produjo en la blanca piel de la mujer.


Y la única forma en que la chica podía corresponderle, era con entrecortados gemidos, suaves, callados, casi inaudibles.
Si Byakuya los descubriera en ese momento y bajo esa situación, los mataba a ambos, eso seguro.



Fue todavía más difícil para ella no gritar de placer cuando la lengua del pelinaranja se deslizó hasta su vulva, recorriendo y delineando con desesperante tranquilidad; suave, gentil. . . tiernamente. La Kuchiki se arqueó ante el éxtasis que la recorría. Un mudo gemido y lágrimas surcando sus mejillas fue la prueba de su gozo.


Ichigo se alzó sobre ella, deleitándose con la bella imagen de Rukia, desnuda, frágil y agitada a causa del recién experimentado placer; sus ojos cerrados. . .


~ I-Ichigo… yo…

Los labios del pelinaranja no permitieron a la joven decir nada más.

Él sabía, compartía y por supuesto ansiaba. Así que poco tardó en deshacerse de las ropas que tanto le estorbaban en ese momento, cuando lo hizo, ya desnudo, frotó su cuerpo contra la frágil y pequeña figura femenina.


Llenos de lujuria, ellos eran conscientes de la emoción que los empujaba a desearse con locura. Ichigo se acomodó entre las piernas de la Kuchiki, esperó un momento, contemplándola entre dulce y serio.


~ Hazlo ya… te necesito…

Él sonrió al escucharla.
Un fugaz beso y sin hacerse esperar más, empujó las caderas, hundiendo su hombría lentamente en la cálida y húmeda intimidad de su compañera.


Los gemidos vinieron al estar completamente dentro de ella, y un baile con ritmo variable inició entre ellos. A veces lento y dulce, otras desesperado y hasta brusco. Los sonidos de su entrega fueron acallados con besos y el fuego con las caricias y el ir y venir de sus caderas.
Tan hermoso y anhelado este momento, quizá por ello les supo a nada.


Rukia se arqueó llena de placer; lágrimas mojándole el rostro mientras su intimidad palpitaba con fuerza, reteniendo y complaciendo al hombre que la poseía, regalándole un poco del placer que ella experimentaba en ese instante.

Ichigo apretó los dientes para luego venirse dentro de la chica, colapsándose sobre esa silueta suya, tan pequeña y frágil.


~ T-te quiero, pequeña…

Le dijo él, con voz entrecortada por el esfuerzo y el cansancio.
Rukia sonrió. Le gustaba mucho más que él la llamase pequeña y no enana. Al final, lo besó con ternura.


No hubo palabras por un buen rato. No había prisa, él no se iría por un buen rato. No se había arriesgado para venir aquí, tomarla, hacerla suya e irse, NO!.

Lo que él realmente quería estar junto a ella. Y así sería. . . al menos hasta el amanecer.






. Continuará .
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Lemon!!.
Definitivamente los hice demasiado cariñosos, ¿no?.

Lo siento, es que. . . estoy frustrada, ¿era mucho pedir que en el anime/manga hubiese un poquito más entre ellos?.


priss_pk@hotmail.com