_____________________________Por un futuro sin reglas


De: Priss

Capítulo VII
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~ E-espera… no!.

Rukia cerró los ojos y se mordió el labio inferior, reprimiendo un gemido.
Ichigo, ese bastardo y sus traviesas manos se habían colado bajo su blusa escolar, palpando sus pequeños senos, haciéndola estremecer. Y sentir su cálido aliento acariciándole el cuello no ayudaba mucho.


Sin embargo, una lágrima rodó por la mejilla de la joven.


~ ¿Qué pasa?… no me digas que no quieres.

Ah, Ichigo y su pobre sentido de la delicadeza. La Kuchiki curveó las cejas con tristeza.

¿Querer?, deseaba esto con todas su fuerzas, pero no por ello no tenía miedo. De hecho, en ese instante, sin entenderlo, se odiaba a sí misma. ¿Por qué?, ¿por qué?. . . ¿por qué no tenía un cuerpo más hermoso?.


“No sé, tal vez un poco más de curvas no estaría mal.”

Pensaba la mujer, añorando también unos diez centímetros más de estatura, y. . . ¿por qué no?, un poco más de volumen en sus senos. . . ¿era mucho pedir?.
Rukia solo. . . solo quería gustarle a Ichigo.


~ Eres hermosa, ¿de qué te preocupas?.

~ Mientes!!.

~ Ie… para mí, ¡tú eres perfecta!.


La mujer dobló la boca, una triste expresión cruzó su cara.


~ ¡Baka!.

Aquel insulto tan solo provocó una pequeña sonrisa en el joven pelinaranja. La chica se abrazó a él, cerrando con fuerza los ojos; agradecida y dándole toda su confianza.
Así, la Kuchiki sintió como las manos del muchacho lo recorrían con impaciencia, deshaciéndose de las estorbosas ropas, las de él. . . y las de ella.


De pronto estaban allí, mirándose directamente a los ojos, respirando agitados. La excitación no daba para más, Rukia lo supo al sentir su intimidad mojada, lista para recibir a ese hombre.
Ichigo supo que no podría esperar más, su hombría estaba tan dura que dolía, y lo que más ansiaba en ese momento era volverse uno solo con esa mujercita.

Los ojos del pelinaranja viajaron de los violáceos ojos de Rukia a su tentadora boquita, el Kurosaki se humedeció los labios ante la tentación, más con tan linda criatura, desnuda bajo su cuerpo, era inevitable que los ojos del chico no viajasen un poco más, fijándose en los pequeños pechos.


~ Pervertido!.

El chico alzó la mirada ante las palabras de su compañera, cuyas mejillas ardían en rojo. Sonrió, besándola de improviso al tiempo en que sus manos se posaban sobre cada uno de los pechos de Rukia. Ambos gimieron al sentir ese contacto; un escalofrío los recorrió completamente.
Ichigo estaba maravillado con los encantos de la chica. Sus manos tan grandes, estrujaban cariñosamente los sonrosados y duros pezones, amasando a placer.


Ella giró el rostro, rompiendo el beso para jalar aire y soltar un sonoro gemido, agradada con las lujuriosas caricias del muchacho.

Sentir la virilidad del chico, rozándose contra su intimidad no la ayudaba a calmarse, por el contrario, ese contacto tan intimo la incitaba a mover suavemente las caderas en busca de un mayor contacto con esa parte del cuerpo del Kurosaki.


El pelinaranja sintió ese entusiasmo y comenzó a ejercer más fuerza en sus caderas, penetrando poco a poco a la mujer.


~ Si te duele, dímelo y me detendré inmediatamente.

Ichigo dijo aquellas palabras apenas la punta de su miembro estuvo dentro de la chica, quien sonrió, acariciándole las mejillas para luego besarlo con total entrega.


Las lágrimas no tardaron en resbalar por las mejillas de la Kuchiki.
El miembro del chico se deslizó totalmente dentro de ella, y dolía. . . en verdad dolía, ella era tan pequeña e Ichigo era demasiado grande para ella.


El Kurosaki notó las lágrimas de su compañera y frunció el ceño, enojado totalmente con ella.


~ Tonta!!, te dije que me detendría.

~ Es… es que no quiero que lo hagas.


Rukia le regaló la que, para Ichigo, fue la sonrisa más hermosa.
No se movieron por un rato, y fue la chica la que comenzó a empujar las caderas al encuentro del miembro viril del muchacho, gimiendo sutil.


~ Es… hermoso.

El pelinaranja atrapó entre sus fuertes brazos el pequeño cuerpo de la Kuchiki, embistiéndola con libertad, con fuerza. . . con todo su amor.


“La amo, la amo…”

Se repetía el joven una y otra vez en su mente, sin atreverse a confesar sus sentimientos a la mujer que en ese instante le entregaba todo de sí, su cuerpo. . . su alma.


Entonces, Rukia aceleró el vaivén de sus caderas, respirando agitada hasta que arqueó la espalda, lanzando un fuerte gemido de placer. Su piel interna se contraía producto del fuerte éxtasis que la recorría. Aquello fue una delicia que Ichigo no pudo resistir.

Embistiéndola con fuerza unas tres veces más, fue vencido por su propio orgasmo y terminó vaciando su esencia en el sexo de la mujer.



Silencio y un par de agitadas respiraciones era todo lo que quedaba ahora. Unos cuantos besos, suspiros y caricias cansadas.
Rukia delineó con sus frágiles dedos las facciones del Kurosaki.


~ Arigatou…

Una pequeña sonrisa adornó el rostro del muchacho.


~ Pequeña tonta.

Dicho esto, el hombre besó a su pequeña y frágil amante y volvió a mover las caderas adelante y atrás.
Su deseo por esa jovencita, parecía ser inextinguible.






. Continuará .
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LEMON!!. Uno bastante tranquilo, no creen?.

Bueno, es que, aunque me gusta leer fics con un nivel de lemon que hacen que la temperatura aumente, pero al escribir prefiero algo más tranquilo ^^´ .

Es que no es fácil ¬¬’ .


priss_pk@hotmail.com